Tras sufrir un nuevo descalabro
en el Gran Premio de Bahréin, la prensa estaba impaciente por conocer el último
chiste de Fernando Alonso. El piloto asturiano compareció ante los medios con
un fajo de papeles del tamaño de una guía telefónica que llevaba como título “Lista
de excusas”.
Severo y desafiante, Alonso detalló
primero el fallo del DRS que le obligó a efectuar una parada de emergencia en
boxes. Acto seguido, especificó los puntos flojos en la mala gestión política
de Zapatero que le han llevado a esta situación, para finalmente proclamar que “la
mayoría de la gente no tiene ni idea de las cosas que ocurren detrás de las
cámaras. Han sido los putos Caballeros Templarios, que me mate ahora mismo el
dios de la sidra si no es cierto.”
Fernando profundizó sobre
diversos aspectos de la conocida sociedad medieval que, según los
conspiranoicos, permanece en activo y decide el devenir de la sociedad mundial.
“El primer Gran Mestre de los Templarios fue Hugo de Payns, del que se sabe que
la cuñada de la esposa de su primogénito tuvo un romance con el señor del
castillo de Starkenburg, castillo que presidía cierta región del Sacro Imperio
Germánico llamada Heppenheim. Heppenheim, lugar de nacimiento de Sebastian
Vettel, que ganó ayer. ¿Coincidencia? Yo creo que no.”
Prosiguió su acusación recordando
que “los Templarios nunca perdonaron a los Reyes de Asturias por negarse a
ayudarles en las cruzadas. Esto reafirma mi teoría de que soy, como asturiano
más célebre del mundo, el principal objetivo de los Templarios.” Alonso tampoco
descartó una posible conspiración conjunta de los Masones, los Illuminati y los
Fruitis como responsables de sus fracasos deportivos.
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