¿Pasa con vuestro rollo,
carquistas?
No pierdo la ocasión de
recordarles que el Edunardo Inda de antes ha muerto. No, no ha muerto
literalmente (no son tan buenas las noticias), sino simbólicamente. El nuevo
Inda es fresco, enrollado, molón. Es un tipo que vive en la onda. No me he
quitado la costumbre de dirigirme a mi público en la forma “ustedes”, que
salida de mi boca queda horrorosamente pedante, pero uno ha de ser fiel al
estilo y no sucumbir jamás a las veleidades del falso rap.
Tras esta maravillosa introducción
por la que espero ansiosamente el premio Nobel de Literatura, procederé con mi
análisis de hoy.
Anoche, en París, se hizo justicia.
Justicia a un equipo que hace tiempo
que ha olvidado su honor y sus buenas costumbres en el campo (si es que algún
día las tuvo). Un conjunto vestido de azul y grana que también ha olvidado que
el lugar que le corresponde en la tabla histórica del fútbol español es el
segundo. Un club que protesta por las decisiones arbitrales de Stark cuando los
colegiados de toda Europa han llegado a aburrirse de tanto regalarles
victorias.
Esta justicia divina se manifestó
en tres milagros:
a), la lesión de Messi, que se celebró en mi casa como si del regreso
de Franco se tratara. Debería agregar que la celebré yo solo dada la momentánea
carencia de amigos que padezco desde hace quince años, pero les aseguro que
aquello fue, como dicen todos los raperos, chachi piruli.
b) los tropiezos de Alexis Sánchez. El chileno fue portada en Marca
por estar en la órbita del Real Madrid junto con otros 72.329 jugadores. Hoy
puedo decir, amigos carquistas, que los constantes rumores de fichaje que
aireábamos en el que fue mi periódico eran simplemente una estrategia para
presionar al Barça a pujar por vegetales que dicen jugar al fútbol. Pero qué
listo soy. Sánchez tiene de futbolista lo que yo de honesto, carquistas.
Y c), ese majestuoso remate final de Matuidi. Me he ido a la
cama bien cachondete imaginando la cantidad de improperios que habrán salido
por la boca de los catalibanes. Víctor Valdés es un portero que me gusta: bueno
en el uno contra uno, luchador, valeroso y lo más importante: juega mejor con
la selección española que con el Barça. Por no mencionar los goles que le ha
regalado al Madrid con sus pases. Eso es señorío.
Un resultado de 2-2 en la ida
brinda a los de Ancelotti una fabulosa oportunidad para satisfacer mis sueños
húmedos en los que el Barça es derrotado por 22 goles a cero en su propio
campo, dando paso a una espiral de vergüenza en la que el club catalán termina
relegado a tercera regional, con su presidente colgado en la cruz para que los
cuervos se den un festín con su pútrida carne independentista. Creo, amigos
carquistas, que cada vez estamos más cerca de ese maravilloso día.
Ahora sólo queda esperar al baño
de fútbol que el Madrid le endosará esta noche al Galatasaray. Por lo pronto he
de decir que el equipo blanco ya ha ganado en una fidedigna recreación del
partido a cargo de mi Pro Evolution Soccer, con Cristiano Rolando marcando
cinco de los cuatro goles del Madrid. Este ha sido Edunardo Inda en pleno
efecto, criticando al Barça con el rabo erecto. ¡Hu-Ha!
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