miércoles, 3 de abril de 2013

Inda House: en París se hizo justicia



¿Pasa con vuestro rollo, carquistas?

No pierdo la ocasión de recordarles que el Edunardo Inda de antes ha muerto. No, no ha muerto literalmente (no son tan buenas las noticias), sino simbólicamente. El nuevo Inda es fresco, enrollado, molón. Es un tipo que vive en la onda. No me he quitado la costumbre de dirigirme a mi público en la forma “ustedes”, que salida de mi boca queda horrorosamente pedante, pero uno ha de ser fiel al estilo y no sucumbir jamás a las veleidades del falso rap.

Tras esta maravillosa introducción por la que espero ansiosamente el premio Nobel de Literatura, procederé con mi análisis de hoy.

Anoche, en París, se hizo justicia.

Justicia a un equipo que hace tiempo que ha olvidado su honor y sus buenas costumbres en el campo (si es que algún día las tuvo). Un conjunto vestido de azul y grana que también ha olvidado que el lugar que le corresponde en la tabla histórica del fútbol español es el segundo. Un club que protesta por las decisiones arbitrales de Stark cuando los colegiados de toda Europa han llegado a aburrirse de tanto regalarles victorias.

Esta justicia divina se manifestó en tres milagros:

a), la lesión de Messi, que se celebró en mi casa como si del regreso de Franco se tratara. Debería agregar que la celebré yo solo dada la momentánea carencia de amigos que padezco desde hace quince años, pero les aseguro que aquello fue, como dicen todos los raperos,  chachi piruli.

b) los tropiezos de Alexis Sánchez. El chileno fue portada en Marca por estar en la órbita del Real Madrid junto con otros 72.329 jugadores. Hoy puedo decir, amigos carquistas, que los constantes rumores de fichaje que aireábamos en el que fue mi periódico eran simplemente una estrategia para presionar al Barça a pujar por vegetales que dicen jugar al fútbol. Pero qué listo soy. Sánchez tiene de futbolista lo que yo de honesto, carquistas.

Y c), ese majestuoso remate final de Matuidi. Me he ido a la cama bien cachondete imaginando la cantidad de improperios que habrán salido por la boca de los catalibanes. Víctor Valdés es un portero que me gusta: bueno en el uno contra uno, luchador, valeroso y lo más importante: juega mejor con la selección española que con el Barça. Por no mencionar los goles que le ha regalado al Madrid con sus pases. Eso es señorío.

Un resultado de 2-2 en la ida brinda a los de Ancelotti una fabulosa oportunidad para satisfacer mis sueños húmedos en los que el Barça es derrotado por 22 goles a cero en su propio campo, dando paso a una espiral de vergüenza en la que el club catalán termina relegado a tercera regional, con su presidente colgado en la cruz para que los cuervos se den un festín con su pútrida carne independentista. Creo, amigos carquistas, que cada vez estamos más cerca de ese maravilloso día.

Ahora sólo queda esperar al baño de fútbol que el Madrid le endosará esta noche al Galatasaray. Por lo pronto he de decir que el equipo blanco ya ha ganado en una fidedigna recreación del partido a cargo de mi Pro Evolution Soccer, con Cristiano Rolando marcando cinco de los cuatro goles del Madrid. Este ha sido Edunardo Inda en pleno efecto, criticando al Barça con el rabo erecto. ¡Hu-Ha!

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