Al entrenador del Barça no le ha pasado desapercibida la contundente victoria por 6 a 1 del Bayern Münich contra el Wolfsburgo. En una entrevista para Barça TV, las frase más llamativa de Vilanova, que no pierde detalle del estado de forma de su próximo rival en la Champions, fue "la verdad es que me hago caquita, tal y como podéis verme en la cara".
Sin embargo, la imperturbabilidad en su rostro motivó que el entrevistador interpretara estas palabras como irónicas, algo que el técnico catalán negó de inmediato. "Mi cara tiene una única posición por motivos que desconozco. La expresión que ve usted ahora mismo en ella vale tanto para decir 'somos campeones de Europa' como para decir 'me estoy cagando brutalmente."
La inmutabilidad expresiva de Vilanova tiene en jaque a numerosos sociólogos. Una teoría sostiene que toda una vida a base de crema catalana y pan amb tomàquet puede causar daños irreparables en la musculatura facial. Otra explicación es la propuesta por Francesc Satorra, el encargado del túnel de vestuarios del Barça más conocido internacionalmente como The Observer. "Trabajar durante mucho tiempo para el Barcelona es como ponerse un tricornio de la guardia civil: se te queda una cara de mala hostia perpetua."
A pesar de la curiosidad que suscita su ausencia de expresividad, Vilanova se ratificó en la entrevista como "un tío guay" y afirmó que, en la intimidad, es "un tío cachondo como pocos." Para demostrarlo, amenazó al entrevistador con la frase "permítame que le cuente un chiste", ante la cual todo el equipo televisivo huyó despavorido, dando fin a la entrevista.
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