Esta noche se disputa en
Buenos Aires el Boca Juniors –River Plate, uno de los derbys más legendarios
del deporte internacional. Es la clase de encuentros en los que el fútbol
pierde la noción de sus fronteras y la pasión se convierte en algo más. Es por
eso que Angelici y Passarella, presidentes de ambos equipos, han decidido
regalarle al aficionado un poderoso incentivo.
“Se retirarán las vallas
de seguridad en la Bombonera para que los hinchas se sientan libres de
intervenir, ya sea para rematar a córner, exigir que se pite un fuera de juego
o mutilar al árbitro”, ha explicado Daniel Angelici. “Los guardias de seguridad
tendrán prohibido intervenir salvo en el caso de que se requiera su asistencia
para lesionar de gravedad a un rival.” El presidente ha aclarado que esta
medida se aplicará tanto a los aficionados de un bando como a los del otro, a
fin de que el encuentro se convierta en “una linda batalla campal en la que la
sangre y los miembros mutilados de los jugadores compongan una hermosa orgía
visual para el espectador.”
Juan Román Riquelme,
centrocampista del Boca, se muestra feliz por saber que los espectadores podrán
asistir a su equipo. “Cualquier cosa que implique menos esfuerzo por mi parte
es bienvenida, ché.” Por su parte, el delantero David Trezeguet del River ha
instado a su hinchada a no ser menos que la rival. “El factor cancha será
determinante”, opina, “sobre todo teniendo en cuenta que la cancha entera podrá
jugar.”
Pese a que la propuesta
ha sido acogida con recelo en el fútbol europeo, Diego Pablo Simeone,
entrenador del Atlético de Madrid, asegura que no hay nada que temer. “Sí,
puede que se produzcan algunos cientos de muertes, pero… ¿vos sabés lo que es
eso en Argentina? Eso no es nada, loco. Lo importante es jugar con huevos y,
sobre todo, con cabeza, respetando el reglamento.”
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