domingo, 31 de marzo de 2013

Avalancha madridista, vergüenza blaugrana



Ya sabéis que yo siempre hablo de “nosotros”. Y si utilizo la primera persona del pulgar (me parece que se dice así) es porque en el Real Madrid somos uno. Un único espíritu en millones de cuerpos. Un mismo cántico en billones de bocas. Un solo objetivo en un... en un huevo de almas.

El alma del aficionado madridista es superior a la de cualquiera que sea suficientemente desgraciado, inculto o lerdo como para apoyar a otro equipo. ¿Por qué? Porque tenemos nueve Copas de Europa que serán diez en cuestión de un par de meses. Porque se nos reconoce universalmente como el mejor equipo del sistema solar y también en parte de la Tierra. Porque siempre ganamos con pundonor y señorío, como bien personifican grandes jugadores de nuestra historia como Guti o Pepe.

Porque tenemos a Cristiano Ronaldo.

El carnívoro luso volvió a rugir cuando más se le necesitaba. La jugada, recuperación y pase incluido, dicen que fue de Higuaín. ¿Y a nosotros qué nos importa? Sólo teníamos ojos para esa bota diamantina que, empalmando de forma protocuamperfecta con el esferical, acababa en las redes. Y esos millones de madridistas volvieron a ser uno gritando un “¡¡¡¡GOOOOLLL!!!” que sin duda alguna se oyó en Can Farsa.

Y es que mientras el Madrid se dejaba hasta el pellejo del prepucio para empatar en un campo tan complicado como el del Zaragoza, los culés se paseaban irrespetuosamente por Balaídos de campo y playa. Pensando en esa Champions que, inocentes, creen que les volverán a regalar por corsetía del señor Villar. No, amigos, no. La Champions la gana quien se la merece. Y se puede tener suerte una o dos veces, pero más no. Bastante suerte que tuvisteis encajando sólo dos goles, porque vuestra defensa es un pufo de cuidado y además no tenéis a un fantástico Diego López que resuelva la papeleta, como siempre hace por nosotros.

Estoy seguro de que ese gol de Oubiña os debió doler en la mismísima putifarra. Que vuestro pequeño y patético corazoncito culé os falló durante unos segundos. Iros acostumbrando a esa sensación, porque es lo que os espera de aquí y en adelante durante mucho, muchísimo tiempo. Durante décadas y puede incluso que durante lustros. Así que a comer.

Además, ¿quién quiere la Liga? Los merengues llevamos toda la vida diciendo que no hay competición del valor de la copa de Su Majestad el Rey, figura enecomiable que piensa únicamente en lo mejor para su país cuando se marcha a cazar elefantes como sólo los más valientes pueden hacer.

Valientes como Cristiano Ronaldo. ¿Os he hablado ya de él?

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